La Alianza Evangélica de Asia (AEA) concluyó con éxito su 11ª Asamblea General (AG) celebrada en Ulán Bator, Mongolia, del 7 alth a 12th Agosto de 2024. 200 participantes de 23 países y 20 agencias misioneras se comprometieron a hacer discípulos. La asamblea fue histórica, no sólo para la AEA sino también para la anfitriona, la Alianza Evangélica de Mongolia (MEA), que celebró su 25º aniversario. La historia cristiana de Mongolia, que se remonta a los siglos VI y VII, experimentó una interrupción significativa hasta la caída de la Unión Soviética en la década de 1990. Hoy en día, el movimiento del Espíritu es evidente, con alrededor de 700 iglesias floreciendo en toda Mongolia.
El tema ‘Discipular o morir’ fue elegido en respuesta al panorama cambiante de la iglesia en Asia, en particular el lento crecimiento del cristianismo. Este tema es la continuación del llamado hecho durante la Asamblea General de la WEA de 2019 por una década dedicada a la formación de discípulos. La Asamblea General de Asia sirvió como plataforma crucial para reafirmar el compromiso colectivo de los miembros de la AEA de acelerar el cumplimiento de la Gran Comisión. Los participantes trabajaron en la elaboración de una estrategia colaborativa para mejorar significativamente los esfuerzos de misión y creación de discípulos en toda Asia durante la próxima década. El Rev. Samuel Chiang, el Dr. Peirong Lin y Rei Lemuel Crizaldo de la Alianza Evangélica Mundial participaron en esta reunión histórica.
Algunas conclusiones clave de esta Asamblea General incluyeron el cambio de paradigma en la forma de pensar sobre los jóvenes en la iglesia. En lugar de ver a las generaciones más jóvenes como futuros «reemplazos», son «refuerzos» actuales. Esta perspectiva crea un espacio para que los jóvenes participen activamente en el ministerio y los procesos de toma de decisiones. El compromiso debe estar marcado por conocimientos teológicos profundos en lugar de entretenimiento superficial. La teología debe ser percibida no exclusivamente por estudiantes o eruditos de seminario, sino como una parte vital de la vida cristiana cotidiana. Esto implica abordar cuestiones prácticas a través de enfoques teológicos sólidos y preparar a los discípulos para enfrentar la persecución y las falsas enseñanzas en esta creciente era digital. Además, el discipulado no es un mero programa de la iglesia sino que comienza en casa. A medida que las generaciones Gen Z y Alpha muestran menos interés en las rutinas tradicionales de la iglesia, la responsabilidad de su formación espiritual recae cada vez más en los padres y los mayores. Finalmente, la asamblea también destacó la incapacidad de aplicar las estrategias de misión occidentales a los contextos asiáticos. Godfrey Yogarajah, presidente de la junta directiva de la AEA, enfatizó la necesidad de desarrollar enfoques de discipulado que estén profundamente arraigados y moldeados por las culturas asiáticas.
Este énfasis en hacer discípulos sigue siendo importante para dar forma a un testimonio cristiano vibrante en toda Asia. Los participantes se comprometieron a mantener el rumbo y a centrarse cada uno en lo que pueden hacer dondequiera que estén.